domingo, 11 de abril de 2010

El desorden consagrado por la legislación

Aquéllos que, para excusar los desórdenes de nuestro tiempo, buscan en el pasado ejemplos de desorden, olvidan que entonces existía en las costumbres o en la administración, y que, en nuestros días, está en las leyes, y que jamás hay desorden (verdaderamente duradero) que temer más que el que está consagrado por la legislación. La vergüenza de nuestro tiempo es que el mal ha sido codificado e incluso se ha llevado a la práctica con método y regularidad.
Louis de Bonald, católico francés, político, filósofo, escritor y publicista,
ya avisa de lo anterior en los años posteriores a la Revolución Francesa.

0 comentarios:

Publicar un comentario