martes, 17 de mayo de 2011

Contra la crítica, la murmuración y la maledicencia


Nunca debemos olvidar que lo que sale de nuestra boca, demuestra lo que somos. Si hacemos daño a alguien, deberemos purificar con sufrimiento esa obra. Recordadlo: Nunca hableís mal de nadie. Dios lo escucha todo, y aquél de quien habláis mal es su hijo, y os pedirá cuentas.

José Antonio Fortea Cucurull (Barbastro, España, 1968),
sacerdote y teólogo,
opinando en su blog.

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