sábado, 9 de octubre de 2010

El olvido de Dios

XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Lecturas: 2 Reyes 5, 14-17 // Salmo 98 // 2ª Timoteo 2, 8-13 // Lucas 17, 11-19.

Si una palabra puede resumir la riqueza de la Palabra de Dios en este domingo, sería: GRACIAS.

Las lecturas de este domingo nos ponen de manifiesto una realidad que es muy frecuente entre los cristianos de todas las épocas: el olvido de Dios.

Cuando las cosas nos van mal, cuando el dolor agarra nuestros corazones, cuando la vida se hace cuesta arriba…. Con que facilidad nos acercamos a pedir a Dios, con que humildad le pedimos que solucione nuestros problemas… mas cuando las cosas van bien, cuando todo se ha solucionado, Gracias a Dios, que pocos son los que vuelven a dar Gracias a Dios, ¡Cuantos se olvidan de Dios porque ya no tienen problemas! ¡O los que tenían se han solucionado!

Es lo que nos cuenta el Evangelio de hoy: Diez leprosos acuden desesperados a Jesús para que los libre de esa terrible enfermedad, Jesús los escucha, se apiada de ellos y les manda hacer una sola cosa:”Id a presentaros a los sacerdotes” y cuando van de camino notan, sienten, que están curados… Uno sólo de ellos volvió dando gritos de Acción de Gracias a Jesús. De los diez sólo uno volvió a darle gracias al que le había salvado de la terrible lacra de la lepra. Sólo uno. Los otros nueve también fueron curados, pero ya no necesitaban el favor de Dios, ya estaban limpios… ¿para qué volver?

Queridos hermanos ¿Nos vemos retratados en este relato? Son tantas las cosas que Dios hace por nosotros y qué poco agradecidos somos. Mirad como párroco, todos los días me piden ofrecer la Eucaristía pidiendo algo a Dios, por un difunto, pedir por un enfermo, por el trabajo de los hijos, por los niños…. Por infinidad de cosas. Me da mucha alegría que acudamos al sacerdote para que ofrezca la misa por nuestras necesidades. Pero sólo tres o cuatro días en todo el año, se acerca alguien a pedir que ofrezca la misa en acción de gracias por los dones recibidos, por la vida que Dios nos regala o simplemente por el amor con el que nos bendice. Para pedir siempre, cada día alguien lo hace…para dar gracias muy pocos se acuerdan. Se repite la escena del Evangelio, muchos son los favores que Dios sigue haciendo con su pueblo, pero su pueblo ingrato no los reconoce.

Este domingo el Señor nos invita a reconocer su providencia amorosa, su amor infinito y entrañable que nos cuida y a ser AGRADECIDOS.

Este domingo damos Gracias a Dios por nuestra fe, por ser sus hijos, por poder participar en la Eucaristía, por ser miembros de familias cristianas que nos han transmitido la fe en Cristo Jesús, por tener una parroquia que forme y celebre nuestras vidas cristianas, ¡por tantas cosas…! Os invito en este domingo a no pedir nada al Señor, a dedicarlo todo entero a dar GRACIAS

Que Dios os bendiga a todos.

Tomás Pajuelo Romero. Párroco.


1 comentarios:

  • Anonymous says:
    9 de octubre de 2010, 21:52

    Solo uno volvió y Jesús estaba esperando, los otros se perdieron lo mejor que es ese encuentro final con El .La acción de gracias es un encuentro personal y feliz con Jesús y sin lugar a dudas lo mejor...... como para perderselo.

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